El orgullo de hacer uno de los mejores vinos del mundo
10/01/2021 | Mar Peique, responsable Bodegas Peique


La tierra y el tiempo no entienden de personas. No saben si los ojos que los miran son verdes o marrones, de mujer o de hombre. Pero nosotros sí sabemos el trabajo que supone lanzar un proyecto apoyado en una historia de muchas décadas y recoger una herencia que mi abuelo puso en nuestras manos.

Ahora, esos viñedos, que tengo el honor de dirigir, se han convertido en una bodega española pionera gestionada por una mujer y distinguida entre los mejores por la prestigiosa revista vinícola británica Decanter. Esto supone un privilegio y una gran responsabilidad.

En mi casa, haber crecido con dos hermanos me ha ayudado a navegar mejor en un sector que inicialmente remite a una presencia masculina. Sin embargo, como poco a poco va ocurriendo en otros muchos ámbitos de actividad, la presencia femenina gana cuerpo, con mujeres que vienen pisando fuerte, tienen una alta capacidad de liderazgo y aportan a un producto vivo como el vino una sensibilidad diferente. Creo que es importante avanzar en esta línea, porque juntos trabajamos mejor. Codo con codo, sin personalismos.

En este sentido, desde Peique apostamos por potenciar la presencia de la mujer en la empresa y, por extensión, en el ámbito rural, donde su papel debe cobrar protagonismo. 

Para quienes no la conozcan, la historia de Peique arrancó en Valtuille de Abajo, un pueblo de la comarca de El Bierzo (León) de apenas cien vecinos. Allí las anécdotas en torno a la viña y el vino eran constantes en cada casa. Las enseñanzas de nuestros mayores, el esfuerzo y el trabajo conformaron el espíritu de nuestra familia. Desde pequeños supimos de la dureza del trabajo en el campo y que los resultados no solo dependían de ese esfuerzo, sino también de las condiciones climatológicas de cada año. Mientras crecíamos, recorrimos un camino apasionante entendiendo por qué se podaba de una manera o de otra, la importancia de arar la tierra, de la poda en verde, del momento de la floración, o por qué en agosto tenía que llover pero no demasiado… y por qué nuestro abuelo, Ramón Valle, se ponía muy nervioso cada año cuando se acercaba la vendimia.

Fue en 1999 cuando las tres generaciones de la familia nos decidimos a crear las 10.000 botellas de nuestra primera añada y, con ellas, Bodegas Peique, un proyecto de vino artesanal elaborado a partir de nuestros viñedos casi centenarios. Dos décadas después, el vino que lleva el nombre de nuestro abuelo ha logrado situarse en la vanguardia mundial.

“Peique es nuestro apellido, Peique son nuestros vinos, Peique es un estilo de vida”, solemos decir en nuestra familia. Por eso, podemos sentir que un soplo de aire fresco nos ha alegrado el día, el mes y podría decirse que este año, duro y áspero para tantos, al situar a nuestro Peique Ramón Valle 2018, un vino tinto envejecido en barricas de roble francés y elaborado a partir de la uva Mencía, entre los 50 mejores del mundo.

Evidentemente, este reconocimiento supone un enorme impulso para todas las personas que trabajamos en nuestras bodegas de El Bierzo. Y también significa un premio al esfuerzo por una mejora continua de nuestra labor en un año con un contexto socio-económico muy complicado.

Si nuestro compromiso con el proyecto ya era sólido, que Decanter haya escogido un vino Peique como uno de los mejores del mundo nos va ayudar a trabajar cada día mejor para obtener el mejor resultado posible de una tierra que pisamos y queremos.