Hoy conocemos a Vanesa Carranza, una apicultora ecológica de Los Cortijos, un pequeño municipio de Ciudad Real de poco más de 800 habitantes.
Después de formarse en Dirección y Administración de Empresas en la Universidad de Castilla-La Mancha, decidió hacer un curso de iniciación a la apicultura junto a su pareja, Javier, allá por el 2015. Fue en aquel primer curso en el que “les picó” la curiosidad por esta profesión y con el que comenzaron a conocer “el fantástico mundo de las abejas”. Con sólo tres colmenas, regalo de un señor mayor, empezó a tener contacto con esta actividad que a día de hoy se ha convertido en su profesión y les permite continuar viviendo en su pueblo natal.
Reconoce que la apicultura requiere de un constante aprendizaje y que en estos años ha ido creciendo tanto en conocimiento como en número de colmenas hasta albergar a día de hoy un total de 120 colmenas.
Hace un par de años decidió dar un paso más en su empresa y dio el salto a la apicultura ecológica, que aunque reconoce que tiene más dificultades y conlleva más trabajo a lo largo de todo el año, es “más satisfactorio a nivel personal”, afirma Vanesa.
En cuanto a los objetivos que se plantea para la producción de la miel, destaca poder sacar cada temporada mieles monoflorales de la zona, como brezo, aunque también hay épocas del año que producen multiflorales. Explica que la campaña empieza en mayo con mieles de primavera y termina en octubre con la miel de otoño, en este caso, con el mielato de encina.
Vanesa se ha aficionado a participar en concursos de mieles nacionales e internacionales. Destacan sus premios del pasado año 2022 donde obtuvo varios reconocimientos: medalla de oro y medalla de plata en London Honey Awards; dos medallas de oro en BiolMiel en Italia; un primer premio en Guadalajara y otro en Cáceres.